Jueves, 22 de julio de 2021

Gracias Señor por estos seis años

Amor y misericordia multiplicados por seis


Tal día como hoy, hace seis años, el Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Antonio Cañizares Llovera, Cardenal-Arzobispo de Valencia, erigía canónicamente la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia de la Archidiócesis de Valencia.

La sede de la Asociación fue instalada en la parroquia de la Resurrección del Señor de Valencia, cuyo párroco era el Rvdo. Sr. D. Pedro Miret Giner, cofundador y presidente de la asociación desde 2015 y reelegido como tal en la Asamblea General celebrada el 24 de febrero de 2020.

En 1931, fue el mismo Jesucristo quien le manifiesta a Santa Faustina Kowalska, como la misericordia infinita del Padre, fuente de salvación y de gracias espirituales para los hombres. Ese es sin duda el mensaje que la Asociación transmite desde sus orígenes, Cristo es AMOR y MISERICORDIA.

En 2016, movidos por el Espíritu Santo, D. Pedro Miret Giner y el Hno. Israel de María, deciden salir a la calle y poner en práctica las obras de misericordia espirituales y corporales con las personas más vulnerables, en definitiva, deciden visibilizar el rostro de Cristo en los olvidados de la sociedad, los que no tienen hogar.

Posteriormente, con el nombramiento del nuestro presidente como Cura-Párroco de San Francisco de Borja de Valencia en octubre de 2017, nuestra sede quedó instalada en la calle Cuba 53, en el emblemático barrio de Ruzafa.

Hoy, después de seis años de gracia, amor y misericordia, queremos dar gracias a Dios, por permitirnos encontrarnos con Él, en los bancos, en las plazas y parques, debajo del río, en acequias, en sucursales bancarias, bajo de los puentes, junto a las vías del tren, ¡y en tantos otros muchos sitios! 

A esto le añadimos el amor que ha tenido con nosotros, dándonos a conocer numerosos voluntarios y colaboradores, adolescentes, jóvenes y adultos, personas de culturas y lenguas diferentes, universitarios en busca de respuesta y tantos muchas otras personas que semana tras semana, aportan su granito de arena.

Lo que para algunos ojos queda en una obra de caridad con las personas sin hogar, transciende mucho más lejos de dicha acción, desde la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia de Valencia, también visitamos hospitales y cárceles, hogares en situación crítica y familias desestructuradas. Y lo más importante, ¡rezamos por todos ellos!

Cada noche, antes de salir, nos presentamos ante Jesús Sacramentado, ofrecemos nuestras vidas y sin atadura alguna, salimos en su nombre, a hacer su voluntad. Así mismo, promovemos el rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia y la Novena; la devoción a los santos apóstoles de misericordia, celebramos retiros y conferencias y tantos muchas cosas más.

Es emocionante ver tantos jóvenes postrados ante Jesús Eucaristía, agobiados y cansados, dejando de lado las cosas del mundo y entregando su corazón para ser tocados por Cristo, ciertamente queridos jóvenes, estáis llenos de ilusión e iniciativa, ¡sois increíbles! ¡Gracias Señor por nuestros jóvenes voluntarios!

Emociona también, ver que hay personas que se esfuerzan miércoles tras miércoles por preparar con esmero bocadillos, raciones de comida, productos de higiene personal, y otras muchas cosas, sin pedir nada a cambio, solo la satisfacción de saber que con ello, brindan su mano a quien nada tiene. ¡Gracias Señor por nuestros socios y colaboradores!

Y como no, emociona y mucho, saber que hay personas que por circunstancias de edad o enfermedad, no nos pueden acompañar en el ejercicio de nuestro apostolado, pero se unen a nosotros a través de la oración, sin ellos y ellas no sería posible nada de esto. ¡Gracias Señor por todos aquellos que ofrecen todo lo que tienen en la oración por nosotros!

Si ahora miráramos atrás, solo saldrían de nuestra boca, palabras de emoción y agradecimiento, ¡han sido seis años increíbles! ¡Y lo que queda por venir! Desgraciadamente, la situación económica de la sociedad se ha visto agravada en los dos últimos años, y cada vez hay más personas viviendo en la calle. 

Ahora, después de tanto, solo queda dar las gracias a Dios por todo y todos, sin duda somos una gran familia y nada nos separará. Ad multos annos. ¡Feliz aniversario a toda la Asociación!